martes, 7 de junio de 2011

¿Qué es un clásico?

Este fragmento del libro de Bobbio condensa, en muy pocas palabras, el sentido que tienen los clásicos para nuestra disciplina.

“Considero clásico un autor al que se le pueden atribuir estas tres características: a) se le considera como el intérprete auténtico y único de su tiempo, para cuya comprensión se emplea su obra como instrumento indispensable (pensemos, por ejemplo en el De Civitate Dei de San Agustín o en la Filosofía del Derecho de Hegel); b) siempre es actual, por lo que cada época, cada generación incluso, siente la necesidad de releerlo y, al releerlo, de reinterpretarlo (¿Rousseau, democrático o totalitario? ¿Hegel filósofo de la restauración o de la revolución francesa? ¿Nietzche reaccionario o revolucionario?); c) ha construido teorías-modelo que empleamos continuamente para comprender la realidad, incluso la realidad distinta de aquélla de la que él derivó y a la que las aplicó, y que en el curso de los años se han convertido en auténticas categorías mentales (piénsese en la teoría de las formas de gobierno de Aristóteles, en la autonomía de la política de Maquiavelo, o en el esquema conceptual estado de naturaleza-contrato social-sociedad civil, propio de los iusnaturalistas). Max Weber como ‘clásico’, por tanto, significa en primer lugar que su obra se nos muestra cada vez más necesaria para comprender la época que se desenvuelve en la tensión no resuelta entre racionalización formal e irracionalismo de los valores, y de la que en cualquier caso nos resulta imposible prescindir; que su actualidad nunca ha decaído y las diversas lecturas de su obra han dado lugar al habitual contraste de interpretaciones (¿Weber reaccionario, conservador, liberal, demócrata, nacionalista, partidario del estado-potencia?); que algunas de sus teorías o tipologías han llegado a ser auténticas categorías para la comprensión de la historia y de la sociedad (piénsese, por escoger el ejemplo más llamativo, en la tipología de las formas de dominación legítima, que hasta en los manuales de ciencia política para estudiantes ha acabado sustituyendo a la tipología clásica de las formas de gobierno).”

Norberto BOBBIO, Estudios de Historia de la Filosofía. De Hobbes a Gramsci (Debate, Madrid, 1985). Cap. VII: “Estado y poder en Max Weber” (Págs. 257-258).

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